lunes, 25 de febrero de 2008

Sobre Cuba.

La decisión de Fidel Castro de no volverse a presentar como candidato a comandante en jefe de los ejércitos y jefe del Estado, ha sido la aceptación de la cercanía de la muerte y el fin de la Guerra Fría. Este Tiranosaurius Rex no se extinguió con la caída del Muro de Berlín, y ha podido mantener su tiranía 20 años más fuera del contexto en y por el que nació. El mundo dividido en dos bloques desapareció con la llegada de las democracias a la Europa del Este, para convertirse en un mundo donde las naciones podrían comenzar a diseñar una política exterior libre de servilismos a un bloque u otro.

Aún así, el castrismo ha podido sobrevivir gracias a naciones que apoyaban, legitimaban y alentaban el régimen. Es una pena que la izquierda española haya sido tan poco crítica con Castro como lo ha sido con otros tiranos. La izquierda sigue adoleciendo de la doctrina: el enemigo de mi enemigo es mi amigo; Cuba fue vista con buenos ojos por representar ideológicamente lo contrario que el franquismo, aunque posiblemente, los métodos y prácticas fueran los mismos. Ya le costó a la izquierda, no ya española, sino europea, aceptar las verdades del “Archipiélago GULAG” de A. Solzhenitsyn, enviado de la CIA pensaba la izquierda, cuando en verdad era enviado por la izquierda a los “campos de trabajo” de Stalin en Siberia.

La renuncia de Fidel, aunque no hay que olvidar que seguirá presidiendo el Partido Único, permite especular, por lo menos, sobre la posibilidad de abrir un proceso democrático en Cuba. España tiene la oportunidad de demostrar si es o no la octava potencia del mundo como dicen nuestros políticos. Los lazos históricos y culturales que nos unen con Cuba nos hacen responsables. España debe ser actor influyente para el cambio de régimen en Cuba y tiene la obligación de movilizar a Europa en pos de ese cambio. El castrismo no lo tiraron con el muro, es hora. Hay que contar que la presencia del chavismo, no va poner fácil la caída de la Roma post comunista iberoamericana; el simbolismo que emana del castrismo para la esperanza de populistas iberoamericanos es clave, Chávez conoce esto, lo usa, no es descabellado afirmar que muy posiblemente lo esperaba y que ha creado los lazos para mantenerlo; habrá que ver qué hace Raúl Castro que al parecer no simpatiza con el gorila rojo pero le beneficia mantener un régimen que a diferencia de la mayoría de los cubanos le permite vivir muy holgadamente.

No hay que hacerse ilusiones, todo el mundo sabe que habrá que esperar a que el tirano muera para poder dar a luz la democracia en Cuba. Aún así no será fácil, poder superar 50 años de sometimiento a una elite política que lo totalizaba todo; sólo con la desaparición del líder carismático se podrá comenzar la deslegitimación de la tiranía.



Sobre las mentiras nacionalistas

La semana pasada tuve la oportunidad de ver el programa 59 segundos, donde se invitaron a todos los grupos nacionalistas, incluido IU-Verdes. Siempre es interesante oír y ver a los nacionalistas periféricos construir su argumentario. Es sorprendente que partidos de izquierda afirmen que su cometido es acentuar y definir las diferencias con España (Anxo Quintana BNG), es decir, han olvidado la igualdad, valor prístino de su ideología; también es sorprendente el duro y sacrificado ejercicio que hacen para estar horas hablando de independizarse de España sin mencionar la palabra España o nación española. Es sorprendente ver como los políticos nacionalistas son capaces de reconocer cualquier nación menos la española, ellos son diferentes por cultura, historia y lengua, ahora, España no es reconocida como nación porque no debe tener ni cultura, ni historia, ni lengua. Es sorprendente ver como parece que España ha sido la causante de todos los males de cada uno de estas regiones. Galicia olvidada, Cataluña expoliada, País Vasco oprimida y Canarias perdida de vista.

Se menciona constantemente: Estado español, estado plurinacional, federalismo. Dicen que el estado español es plurinacional y que debemos reconocerlo y asumirlo, y que además, no pasa nada, que no es problema; oiga, claro que es un problema, ¿no existe Estado en el mundo como el que proponen?, defínanlo, hagan el ejercicio de explicar en que y como se construye un estado plurinacional. El mundo esta compuesto de Estados naciones y de manera progresiva, desde 1955, hay algunos de estos que han logrado cierta unión, cediendo soberanía a una estructura supranacional, como la UE, aunque la gran mayoría han fracasado en el intento. ¿Quieren hacer de España una UE? Que necesidad hay de un estado plurinacional y más si su enlace es simplemente administrativo, ya que las naciones existentes en el Estado son tan diferenciadas entre si, para que mantener esa estructura, cada región nacionalista debe independizarse y andar por su propio camino, manteniendo por si sólo un sistema de bienestar, una seguridad incluyendo el ejercito y el mantenimiento y creación de una infraestructura material y burocrática propia; o es que acaso ¿quieren un estado plurinacional subvencionado?, es que quieren conciertos económicos privilegiados con el estado español y lo que quede de éste les mantenga los gastos que supone un Estado nación; España se encuentra a la vanguardia de la teoría de la independencia subvencionada.

Es una pena que el objetivo de algunos sea remarcar las diferencias entre españoles, que las hay, porque negarlo, pero tampoco para decir que cuando voy de visita a Galicia o Cataluña me encuentro en una nación distinta. Se esfuerzan en decir que nos diferencia la cultura, la historia o la lengua. No hace mucho estuve leyendo la historia española desde el siglo XIII hasta Carlos I y en ningún caso encontré una historia diferenciada de la de los antiguos reinos. Cataluña estaba dominada por Aragón, parte del País Vasco por Castilla y otra por el Reino de Navarra y Galicia era Castilla; donde esta esa historia tan distinta, extraordinaria, original y solitaria que hace pensar que nos conocimos ayer. La cultura no me parece tan prolífica, ni diferenciada, ni tan singular como para asegurar una diferenciación motivadora de una singularidad propia como sujeto político; los mejores autores de estas regiones españolas han escrito en castellano o español. Sobre la lengua, es indiscutible su existencia, minoritarias en la actualidad en estas regiones. Deben ser mantenidas e incluso potenciadas pero nunca en perjuicio de una mayoría nacional que no la habla, ni en contra de la única lengua que nos une y homologa como ciudadanos dentro de nuestra nación.

Considero la etnia y la religión como las dos mayores rupturas sociales causantes de diferencias regionales. España comparte esto, aunque ya Arzallus intentase hace varios años hablo de la existencia de un RH negativo en el pueblo vasco que los diferenciaba de todo lo que sea o parezca España. Es cierto, España no se ha roto, pero tampoco es más fuerte, ni va por buen camino y aunque no se ha roto no ha sido porque no existan fuerzas políticas y sociales que no lo busquen, lo propugnen, ni lo quieran.

sábado, 16 de febrero de 2008

Sobre la política territorial.

Leyendo a Karl Haushofer me resulto familiar el problema que observa en su Alemania de 1934, sin significar esto que se puede realizar una comparación con la España actual aunque si creo poder sacar ésta observación concreta. Haushofer escribe lo siguiente en su observación de que Alemania se ha ido dividiendo en tres (los llanos del noreste alemán, el valle del Rhin y la cuenca del Danubio), regiones que tienen tres visiones del espacio diferentes y que en ocasiones se encuentran en pugna:

“Cualquiera que recorriese hoy nuestro suelo en todas direcciones…podrá conocer la amarga verdad: los alemanes no han llegado a actuar en íntima unión, sino que más bien se han distanciado más entre sí.” (“Alemania puede recuperar su espacio vital”)

Sobre las diferencias territoriales e institucionales se ha hablado mucho a lo largo de la legislatura, aunque realmente el problema de lo que algunos de forma dramática llama balcanización de España y otros ignorando u obviando el problema llaman la España plural, no nace con la legislatura Zapatero sino que procede de las necesidades que hubo en la transición para posibilitar un acuerdo que satisficiera a todos e integrase a todos. Treinta años después de la aprobación de la Constitución encontramos que el proceso de la transición en este apartado no fue tan satisfactorio como se dice.

Poner en duda lo beneficioso que fue la transición sería una osadía y un despropósito; la transición fue un gran éxito donde la gran mayoría de los españoles salieron ganando, una vez dicho esto, no creo que se la deba santificar tanto. La transición necesitaba un gran consenso, una gran aprobación y un pacto integrador para que su legitimidad no pudiese ser cuestionada. Gracias a esa integración, participación, integración y al Rey la Constitución y la democracia aguantaron el envite el 23F de 1981.

La creación de las Comunidades Autónomas ha supuesto un gran avance en la igualdad material interregional y un fuerte crecimiento económico. Los nacionalismos pidieron la descentralización como única forma de que se pudiesen acomodar dentro de la nación española y la Constitución, aunque algunos no la votaron. Esto que supuso un gran sacrificio para algunos, también era una buena forma de integrar a los nacionalistas dándoles una mayor participación, actuación y decisión en los temas nacionales y autonómicos. Sin embargo, los nacionalismos han visto en esto una oportunidad de crear más Cataluña, más País Vasco o más Galicia en vez de crear más España.

Treinta años después vemos como la ley electoral beneficia de forma injusta a los partidos de las comunidades nacionalistas. Los partidos nacionalistas han sabido esperar a tener una cada vez mayor importancia dentro de la política nacional y un mayor apoyo a nivel regional para poder presionar desde una posición de poder. El modelo electoral que tenemos en España, basado en el bipartidismo imperfecto, genera la necesidad de crear coaliciones si no se obtiene mayoría absoluta y lo igualado del número de votantes de los dos grandes partidos genera incluso dependencia de los nacionalistas agravando más el problema, ya que éstos cada vez son más conscientes de su posición. El problema no es la necesidad de las coaliciones claro ésta, ni en lo decisivo de éstas, sino que los partidos con los que el PP o PSOE pueden coaligarse son los nacionalistas que tienen poca vocación nacional. La traducción de votos a escaños beneficia a las CCAA de carácter nacionalista por encima de los que lo hacen a nivel nacional, retirando a éstos fuera del parlamento, o dejándolos dentro de forma marginal.

Tanto la ley electoral como la existencia de partidos centrífugos participando en la vida pública nacional son perjudiciales para España, la primera por discriminatoria e injusta y el otro por la infinita e ilimitada demanda particularista. Que los nacionalismo existan en España es al parecer inevitable y en cierta manera un drama crónico e histórico, no se les debe prohibir la participación dentro de la democracia siempre que sus convicciones y actuaciones sean democráticas pero la ley electoral si se puede cambiar y se debe cambiar; aunque por ser orgánica debe tener el consenso mayoritario de los tres cuartas partes de la Cámara de los Diputados obligando a un pacto entre los dos partidos mayoritarios, cosa que a día de hoy parece imposible.

martes, 5 de febrero de 2008

Sobre la estrategia socialista.

Esta semana el PSOE sacó su ultimo video con la misma idea de adjetivar negativamente al votante de derechas y de esta forma reafirmar la identidad del electorado de izquierdas. No es su primer video donde expone su idea del ciudadano de derechas y supongo que no será el último de esta estrategia que evidencia la falta del talante del que tanto hablan y también de talento. Nos pintan a una persona gris, triste, negativa e incluso ceniza para terminar con el siguiente consejo: no te parezcas a él.

Nunca había visto una política tan sectaria e incluso totalitaria en el PSOE; no te parezcas a él, ¿qué quieren decir con esto?, que la gente de derechas no tiene atributo o cualidad alguna; somos tan dañinos que no deberían parecerse a nosotros, no compartimos semejanzas. Pretende imponer el cordón sanitario que ya propusieron los actores para la derecha, ¿pretenden apartarnos del público para que no se nos vea, oiga o toque?. Este es el concepto de democracia que tiene Zapatero; está es la España plural de la que tanto habla.

El PSOE como mayor exponente de esta forma de hacer política nos da un ejemplo más de lo engañoso de que el enfrentamiento y la crispación lo fomenta únicamente el PP. El PSOE ha sido actor muy activo en la creación de este ambiente político, social y mediático que reina en España desde el 12M y tienen la necesidad o el deseo de que se mantenga y perdure en el tiempo; esta es el agua donde mejor se mueven algunos tiburones políticos que tienen más prejuicios que ideas o principios.

El mantenimiento de la agitación y la confrontación social y política ha sido llevada magistralmente por el ejecutivo y el partido que lo vértebra. Los socialistas que hoy integran el PSOE han querido mostrar más que nunca la idea de la derecha que estudiamos en la Guerra Civil, momento histórico que han querido traer de nuevo al presente para marcar claramente a la derecha como fascista, ortodoxa, conservadora y troglodita y a la izquierda como precursora de la democracia del 3,1 aunque en verdad no hubo democracia hasta el 1978.

Se pretende deslegitimar al PP para que de esta manera sus propuestas, actuaciones, consejos y críticas sean vistos de una forma negativa, obstaculizadora y poder sacarlo del debate público. Y al mismo tiempo blanquear y llenar de contenido positivo cualquier valor contrario a la derecha.

Por y para ello la izquierda a fomentado el cordón sanitario y ha hecho tantos paralelismos con la Guerra Civil durante estos cuatro años; pensémoslo bien, nunca se intento manipular tanto el pasado y el presente como ha hecho este gobierno apoyado por sus terminales mediáticas y otros partidos que comparten o consideran beneficiosa esta estrategia. La derecha fascista y extrema ha estado presente en todo acto socialista y de izquierdas con el único propósito de igualar a la derecha del pasado con la del presente y para que la gente siga creyendo que ésta izquierda es aquella que ya defendió la República seudo democrática del 31.

Esta es una estrategia que si triunfa, como en muchos casos esta ocurriendo es muy dañina para España y su democracia. Primero porque tenemos un partido que fomenta la confrontación y separación del otro; esta visión sectaria de la derecha sumada al mensaje a todo aquel que se considere de izquierdas de que intente no parecerse al de derechas lo único que consigue es generar dudas y desconfianza de unos sobre otros, tensando y distanciando sus diferentes visiones de España. Además la polarización de los medios de comunicación esta fomentando un concepto de verídico como aquello o aquellos que sintonizan con mis ideas anulando la posibilidad de pensamiento crítico. No quiero para España y su democracia simples electores definidos sino ciudadanos críticos y librepensadores que sean capaces de apoyar a unos u otros dependiendo de la gestión que realice y no de la pertenencia a un partido o facción.