viernes, 25 de abril de 2008

Colombia.

Iberoamérica no es un continente fácil de abordar o tratar, aunque son muchos los países que lo componen todos en general adolecen de los mismos problemas: pobreza, corrupción, discriminación e instituciones democráticas débiles son una pequeña muestra. Aunque podría realizar aquí un texto del continente en general deseo centrarme en Colombia, país que alberga todos éstos problemas además de muchos otros exclusivamente propios. La elección de Colombia se debe a que hace algo más de medio año sigo diariamente la radio colombiana W (enlace recomendado en la parte izquierda del blog) que ha acercado la realidad colombiana a mi rutina cotidiana.

Colombia se encuentra en una crisis profunda, en mi opinión, aunque los colombianos con los que trato desde su resignación, más que diaria, histórica no sienten esto mismo, sin embargo uno de los asuntos que quiero señalar derribaría en occidente su parlamento y degradaría su sistema democrático a los niveles de los años 30. Cuando se nombra a Colombia todo el mundo la identifica con el narcotráfico y con la existencia de grupos terroristas como las FARC, ELN o los paramilitares. No tengo intención de tratar aquí estos problemas sino su crisis exterior con los países colindantes y el nuevo caso de corrupción que afecta al Congreso. Por un lado encontramos la eterna disputa por los secuestrados entre la nación y las FARC, a la que se ha sumado el presidente venezolano Hugo Chávez ávido de protagonismo y de legitimación para su proyecto ideológico que supera las fronteras venezolanas; el segundo problema es la corrupción que ha impregnado al mismo Congreso debido a financiaciones en campaña electoral de parlamentarios de varios partidos que apoyan al gobierno por parte del paramilitarismo.

Ingrid Betancourt es la cabeza visible en el exterior de la existencia de secuestrados en Colombia por parte de la guerrilla; la franco colombiana ha hecho que su posible liberación se convirtiese en noticia internacional por mostrar Francia su intención de poner todos los medios a disposición de Colombia que faciliten su puesta en libertad y su traslado al país galo. La verdad es que las FARC tienen encadenados a árboles en el interior de la selva a más de 700 civiles y militares colombianos, estadounidenses y de otros países; algunos de ellos llevan más de diez años en cautiverio y no se sabe nada de muchos otros. En 2007 se pusieron en marcha negociaciones para la liberación de secuestrados: la senadora colombiana por el partido polo democrático Piedad Córdoba en colaboración con Hugo Chávez mantuvieron contactos con la guerrilla para llegar a lo que denominan “acuerdo humanitario”. Éstas negociaciones obtuvieron sus frutos y se liberaron a tres rehenes, éxito muy celebrado en Colombia. Sin embargo las relaciones que mantenían tanto A. Uribe como Hugo Chávez se deterioraron con el tiempo y los insultos del segundo al primero no tardaron en llegar: Vito Corleone o peón del imperio son una pequeña muestra. En febrero la crisis entre ambos países subió de nivel y el conflicto bélico parecía inevitable; la razón fue la intervención rápida por parte del ejército colombiano a un campamento de las FARC violando territorio ecuatoriano. Ecuador en seguida pidió explicaciones a Colombia y a continuación se sumo Venezuela mandando diez batallones a la frontera con Colombia. Las gestiones diplomáticas dentro de la Organización de los Estados Américanos dieron solución a un conflicto que podría haber provocado una guerra que no convenía a nadie y que podía implicar a los USA, aliado principal de Colombia y enemigo ideológico de Chávez. En éste ataque se mató a R. Reyes, uno de los altos mandos de la guerrilla dedicado a las relaciones exteriores al que se le capturaron unos PCS que al parecer, por información del ejercito colombiano, desvelan colaboracionismo por parte de los presidentes Chávez y Correa además de la senadora Piedad Córdoba con las FARC para su apoyo y financiamiento.

El segundo problema que quería resaltar aquí y que me parece de una gravedad máxima es la implicación de varios congresistas en financiación ilícita de sus campañas por parte del paramilitarismo. El Congreso colombiano estaba ganando dignidad en la lucha contra el paramilitarismo en los últimos años, sin embargo en las últimas semanas se ha desvelado que la corrupción había llegado hasta la casa de la soberanía nacional, lo que conlleva una deslegitimación y un descrédito absoluto y total de todo el sistema democrático y de sus procedimientos. Son ya 33 congresistas, uno de los últimos un familiar de Alvaro Uribe, detenidos por presunción de éste delito y el problema no es sólo éste sino que además los partidos en los que se inscriben algunos de los congresistas detenidos han dado su voto a Uribe para su presidencia y muchos colombianos se hacen la lógica pregunta de si su presidente tiene legitimidad para serlo apoyado en éstos votos. El paramilitarismo nació para dar respuesta a la violencia que ejercían las guerrillas en partes del territorio colombiano ya que el Estado no podía asegurar el cumplimiento de la ley en todo su territorio. De aquí dos problemas evidentes: el primero es la falta de un Estado fuerte que de seguridad a todos los ciudadanos; el segundo es que con el tiempo estos paramilitares pasaron de ser un cuerpo de protección a ser parte del problema de la inseguridad, que se financia, como las FARC, del narcotráfico además de la violencia. El gobierno Uribe esta salpicado por éste problema, y no sólo el gobierno, se habla de que en un pasado no muy lejano el mismo Uribe era participe de los paramilitares. El presidente colombiano, por ahora, no piensa disolver el parlamento y pide que la justicia aplique la ley a todos los implicados en ésta trama de financiamiento gracias al terror, y además se encuentra en un momento que debe decidir si se presentará a un tercer mandato o no.

Falta de transición de una situación de guerra a otra de paz, corrupción que llega hasta las instituciones, tensiones exteriores con los países limítrofes (Venezuela y Ecuador), más de tres mil secuestrados por diversas organizaciones delictivas, pobreza crónica y estructural, desigualdad y discriminación económica y social y falta de implantación del Estado en parte del territorio son algunos de los problemas que achacan a Colombia en particular y algunos de éstos a América Latina en general. Aún así el que aquí escribe considera que si la democracia es capaz de solucionar los problemas gravísimos que encontramos en la región ésta se convertirá en un claro ejemplo de cómo la democracia se puede asentar también en los países pobres o en vías de desarrollo. Ésta formula no es ni la más rápida, ni la más segura para demostrar que la democracia es posible fuera de occidente pero es, sin duda, mucho más consistente y legítima que por ejemplo hacer una guerra bajo la justificación de su implantación posterior.

sábado, 19 de abril de 2008

Donde dije digo, digo Diego.

Si hacemos un poco de memoria recordaremos fácilmente cuando empezó esta guerra por el agua. Hace algo más de cuatro años, en la competición electoral por conseguir el gobierno: PSOE y PP rivalizaron por el modelo que solucionase el problema de agua en el levante español. El PP aprobó el PHN (plan hidrológico nacional) aún quedándole poca legislatura, en contra de la postura de Aragón y Cataluña que lo consideraban una agresión, y con Valencia y Murcia a favor. El PSOE por el contrario apostaba por la construcción de desaladoras y se comprometió con aragoneses y catalanes a derogar el PHN y a no hacer ningún tipo de trasvase del Ebro.

Zapatero derogo el PHN cuando llego al gobierno y hasta aquí toda su política del agua en cuatro años. Las desaladoras de las que tanto se habló en las elecciones de 2004 han brillado por su ausencia. Mientras, a lo largo de los cuatro años de la anterior legislatura, los estatutos de autonomía de Aragón, Cataluña y Andalucía emprendieron la iniciativa de legislar sobre el uso exclusivo de sus respectivos ríos, lo que ha llevado a muchas CCAA ha interponer recursos en el Tribunal Constitucional, por considerar que se rompían los principios de igualdad y solidaridad.

Ahora, y de la noche a la mañana, como quien dice, saltan las alarmas: el area metropolitana de Barcelona se encuentra en una situación de escasez de agua, y no me resisto a preguntarme si habiendo gobernando los mismos que hace cuatro años la nación, seis por parte del tripartito (PSC, ER, IU-Verdes) en Cataluña y no se cuantos el PSC en el Ayuntamiento de Barcelona: ¿no deberían haberse dado cuenta de que los niveles de agua eran bajos?, ¿qué podría llegar la necesidad de un trasvase?, ¿no deberían haber comenzado a actuar en consecuencia?.
En este inicio de legislatura, Zapatero se encuentra con graves problema: el primero, Cataluña es un aliado prioritario para Zapatero tanto electoralmente, como políticamente dentro del partido; segundo, en Aragón se encuentra un presidente socialista, Marcelino Iglesias, que ha comprometido su credibilidad política a que no se haría ningún trasvase del Ebro y tercero, debería preocuparle como le van a ver los militantes y votantes socialistas en Valencia, Murcia y Almería. Aún con esto, Zapatero se encuentra en el inicio de la legislatura lo que le proporciona tiempo, y con la fortuna de encontrarse con un PP KO en la lona del ring político.

Barcelona tendrá trasvase, por dos razones: la primera, existe la necesidad; segunda, Cataluña es una región que Zapatero tiene que seguir manteniendo, consolidando y ampliando electoralmente. En consecuencia el trasvase fue aprobado ayer en Consejo de Ministros, o mejor dicho: “conducción de recursos hídricos”. Las desaladoras prometidas hace cuatro años siguen sin aparecer, nadie las menciona, ni siquiera parecen como opción y lejos de sus revoluciones sociales y ejercicios de pedagogía social, éste gobierno y éste presidente son incapaces de proponer un proyecto con caracter nacional.
No parece que la lluvia por si sola pueda solucionar el problema de desabastecimiento de la costa mediterránea; es evidente que se necesita una actuación a nivel regional donde el Estado y las CCAA implanten un proyecto común que de solución al abastecimiento de agua; sin el Estado es imposible solucionar un problema donde las partes sólo van en busca del contento de su público y tienen una visión cortoplacista y partidista.

Nadie puede dudar que lo que se esta haciendo es un trasvase para solucionar la escasez de agua en el area metropolitana de Barcelona; nadie puede dudar que otras partes de España están también necesitadas de agua; nadie puede dudar que el gobierno esta haciendo un gran esfuerzo en decir: digo, donde dijo Diego y, Diego donde dijo digo; nadie puede dudar que Zapatero tiene más interés en agraciar a Cataluña que a Valencia o Murcia; nadie puede dudar de que en la España más unida, cohesionada y moderna de la historia que ha podido ver cualquier español ayer y hoy (según PSOE) es muy complicado hacer políticas arriesgadas, valientes y ambiciosas, que superen partidos y citas electorales; nadie puede dudar que la descentralización ha comenzado ha construir trabas legislativas, políticas, partidistas y electorales a la actuación a nivel nacional del Estado; nadie puede dudar que éste no es un problema puntual y limitado en el tiempo y en el espacio, y se debe acometer una política más responsable que vaya más allá de solucionar un problema puntual.



"Zapatero asegura que no habrá transvase del Ebro mientras sea presidente". (ELPAÍS.com 02/03/2008 )
Marcelino Iglesias: "El Partido Popular nunca obtendrá buenos resultados en Aragón si mantiene sus posiciones sobre el trasvase" (30-10-07) www.marcelinoiglesias.es

jueves, 10 de abril de 2008

Nueva legislatura, nuevos retos.

Este viernes asistiremos a la proclamación de Zapatero como presidente del gobierno para los próximos cuatro años. Nueva legislatura y más Zapatero; todos los medios de comunicación coinciden en algo: ésta legislatura será diferente, que la famosa crispación no será la tónica general. En mi anterior texto escribí que me parece bueno o, me parecería muy bueno para la presente legislatura que uno de los dos candidatos con posibilidad de gobernar ante su derrota se retirase, ya que los cuatro años anteriores habían generado un malestar o incluso cierto desprecio entre los dos, y la retirada de uno generaría, por si sólo, un mejor contexto. Pues bien, Rajoy es el principal candidato, aún habiendo perdido, del PP para hacer oposición esta legislatura y Zapatero será, lógicamente, el presidente; así que nada cambia en este aspecto, por ahora.

Pudimos ver el aplauso cerrado y sonoro que tuvo M. Rajoy el martes en el Parlamento, que nadie se lleve a engaño, ayer seguían aplaudiendo al perdedor de las elecciones; ¿aplaudirán tantos en privado? El PP se encuentra en un momento difícil y decisivo, puede demostrar que es un partido abierto y que no se tiene miedo a si mismo o un partido inmovilista que no asume ni derrotas, ni responsabilidades. El partido que va a exigir responsabilidades los próximos cuatro años al ejecutivo debería dar ejemplo.

Zapatero al final necesitará de una segunda vuelta para poder ser reelegido presidente. El PSOE afirma que es mejor salir elegido de esta manera porque el gobierno no dependerá de ataduras con ningún otro partido para realizar sus proyectos para los cuales si necesitara apoyos puntuales; pero tan bien es bueno porque los ciudadanos podrán centrar toda la responsabilidad en una sola persona.

La legislatura va a ser diferente, debería ser diferente, deseo que los dos partidos principales lo intenten; no comienza como la anterior, el mayor problema que existe ahora es la preocupante situación económica que comienza a sentirse y palparse. El presidente sigue ocultando la realidad económica del país como ya hizo con el terrorismo en el pasado; antes no era negociar sino toma de temperatura o conversaciones con mirada a los ojos; ahora es desaceleración o paréntesis en vez de crisis. Llevan semanas saliendo indicadores económicos de diferentes organismos (FMI, UE, BE, fundaciones de cajas de ahorro y bancos) que auguran un futuro y, ya un presente muy oscuro para España. Zapatero dice que crisis hay fuera que dentro hay paréntesis del crecimiento, que durará dos años, y que nuestra economía esta bien preparada para afrontarla; y yo me pregunto: si el sector donde afecta de una manera más profunda la crisis es el de las hipotecas y por tanto el de la construcción, y nuestro país tiene como pilar fundamental de la economía la industria constructora ¿Cómo es que nosotros no vamos a entrar en crisis o la vamos a notar menos? Si se va a dejar de construir y de comprar, como ya todo el mundo sabe, es evidente que se generara desempleo; y que además ese desempleo estará ligado, en muchos casos, a la inmigración con o sin papeles. Y cualquiera puede deducir que si crece el desempleo los gastos por prestaciones sociales aumentan y, que el consumo baja y por tanto el crecimiento desciende. El PSOE habla de crecer al 3.1% (pronostico de los presupuestos generales del Estado) y los organismos que desde enero llevan dando cifras de crecimiento del 2.7 ya nos dan el de 1.9%, ¿a quien quiere engañar el presidente? Súmale al escenario: un fuerte endeudamiento familiar y un déficit crónico de fuentes de energía, en un momento, donde el petróleo no ha dejado de subir y lo más halagüeño es que mantenga el precio (el barril de petróleo brend ha multiplicado por cuatro su valor desde hace cuatro años). Y el presidente dice que nos encontramos en una posición ventajosa para hacer frente a los problemas y hace menos de seis meses hablaba de Champions league, que grave error.

El PNV se muestra con CiU como los dos nuevos apoyos para el presidente, dos apoyos muy complicados. Con el PNV tenemos el sempiterno problema de si va afrontar con valentía, como piden ellos, una postura fuerte contra ETA; llevan gobernando el País Vasco treinta años y su mayor petición en el Congreso de los Diputados ha sido el de que España afronte con valentía la diferencia que hay entre vascos y españoles; con ETA van y vienen, unos días pactan con ella (pacto del Lizarra), otros la condenan, otras hablan de educarla, pero perseguirla, ya es otra cosa. Pactar con CiU es tener problemas con el PSC y darle ventajas políticas y por tanto electorales. Por lo pronto ya les han ofrecido publicar las balanzas fiscales, demanda histórica nacionalista difícilmente de interpretar de forma objetiva y fácilmente manipulable.