sábado, 21 de marzo de 2009

A flote.

Llevo más de dos meses nadando en busca de una ruta que me saque de una niebla espesa que me llegó como el rocío por la mañana, sin esperarlo, de sorpresa, sin vaticinio previo. Hace algo más de dos meses que el barco se hundió por un golpe traicionero en la línea de flotación; dos meses cortando el cabo del ancla de un pasado en calma que creía ligero, cierto y seguro pero que al instante y en silencio tiró de mi hacia abajo, comenzó a ahogarme obligándome a saltar a un océano inmenso, desconocido, infinito y oscuro. No tardaron algunos restos en mostrarse con diligencia, otros me llegaron sin reconocerlos al primer vistazo, pertenecían ambos a un pasado más longevo, un pasado previo, sin contaminaciones. Lo agarre todo como antaño, con fuerza, confiado y sabedor de que hoy todo es valioso, nada se puede descartar, todo ayuda de una manera u otra. Lo difícil en el momento del naufragio no es darse cuenta de lo ocurrido aunque el golpe y la sorpresa te inmovilicen durante un tiempo; sino el día a día, el nadar sin confianza, en la mayor incertidumbre, en busca de un futuro que no te pertenece, que no conoces, al que no pones rostro; ser consciente de que la seguridad se ha terminado, que todo esta en vilo, que lo construido se ha ido a pique.
Gracias a los que siempre flotan me mantuve a flote y nadé con cierto rumbo, estos me permitieron creer que había orilla, que habría playa, costa o tierra. Me confirmaron que siempre queda algo a lo que agarrarse, algo real, preestablecido y eterno. Casi tres meses a la deriva, nadando en busca de futuro, esquivando todo aquello que sea pasado y queriendo pasar de largo del presente. La niebla comienza aclarar, en el horizonte, a lo lejos se intuyen luces tenues, lejanas, incluso escribiría que son ilusorias pero ilusionantes; con el pasar de los días algunas se hacen reales, posibles, es más, alcanzables. La confusión y el aturdimiento del golpe me han proporcionado sorpresas y salidas que me han renovado el esfuerzo, que me han permitido mirar hacia delante, que me han cambiado el pensamiento y aclarado la mente. Parece que algunos sueños olvidados del pasado tapados por el día a día pueden ser posibles y que el camino emprendido es el adecuado para hacerlos efectivos.
Hay vida después del naufragio, hay renovación después de lo amado, hay esperanza en todo comienzo. El ser puede tener más vidas que el gato si la entendemos como la proyección de planes, deseos e ilusiones y la acumulación de vivencias en un tiempo voluntariamente compartido.

jueves, 12 de marzo de 2009

Elecciones del 1 de marzo.

Sé que tengo con mis lectores el compromiso de publicar la segunda parte de Slumdog Millonaire pero la actualidad manda en muchos aspectos de la vida y las elecciones del 1 de marzo han generado una expectación y oportunidad única que puede además, desde una visión global podría cambiar el rumbo de muchas cosas que vienen siendo anomalías en este país todavía llamado España.
En 2001 muchos sentimos una profunda ilusión y expectación por la posibilidad de una victoria de los que desde entonces se denominan constitucionalistas en el País Vasco. El varapalo fue tan duro como grande era el anhelo; la derrota una vez más en las urnas del PP y PSOE aunados por Mayor Oreja y Nicolás Redondo me genero un hondo pesar y un descreimiento absoluto en las posibilidades de un cambio para una sociedad vasca que una vez más nos mostraba su inclinación al que considero uno de los grandes males de esta nación: el nacionalismo. Hoy sin embargo, ocho años después, la posibilidad es cierta, clara y obligada; el PSOE de Patxi López sin haber ganado las elecciones puede formar una coalición con PP y UPyD que le permite llegar a la Lendakaritxia. Es la hora de que los constitucionalistas cambien las cosas, el rumbo, la política, las instituciones, la sociedad. Y quiero hablar de cambio y no de ruptura, matiz muy importante del que no hemos olvidado desde hace ya muchos años. La coalición constitucionalista debe ser lista, precavida, observadora, despierta; el cambio se puede producir pero no será fácil. Treinta años de gobierno, cultura y amparo nacionalista no se cambia en cuatro años, es una sociedad acostumbrada a vivir con ciertas pautas, reglas y expresiones. Lamentaría que se quisiera cambiar todo en medio año, al igual que me entristecería que se perdiese la oportunidad de abordar los grandes cambios que necesita esta región.
La llegada a las instituciones de los constitucionalistas deben limpiar muchos espacios viciados por un nacionalismo que en treinta años ha sido incapaz, por no declarar aquí otras cosas, de terminar con el mayor problema que tiene, no sólo el País Vasco sino también España que es ETA. Todo el mundo sabe que la ertzaintza tenía órdenes claras de no detener a abertzales, que en el Parlamento vasco había partidos que defendían o no condenaban el asesinato, que las instituciones se han usado para enfrentar a españoles y deslegitimar la Constitución del 78.

Tengo la esperanza que el pacto PSE-PP en el País Vasco abra un nuevo camino de entendimiento entre los dos partidos mayoritarios a nivel nacional que tanto se necesita en estos momentos de crisis. También es cierto que no se vislumbra esta posibilidad, que tanto Rajoy como Zapatero mantienen un enfrentamiento constante, en mi opinión buscado por el presidente que siempre ha querido dejar claro que él es muy de izquierdas para evidenciar que el otro es muy de derechas. Es claro que el PNV ha dejado de ser un aliado en Madrid para Zapatero, y que CIU no se fía nada de éste desde la pasada legislatura. Al ejecutivo se le acumulan los problemas, la disyuntiva en la que se encuentra tiene una difícil solución si se sigue en la dinámica que viene dándose. El que aquí escribe piensa que sólo un gran pacto de Estado, que no decepcionaría a la mayoría, es la opción más acertada, más coherente, más equilibrada.
Es hora de que al País Vasco llegue la democracia, que la transición se complete y finalice. Pareto define la democracia como el cambio constante de las elites en el poder. Como toda definición de un objeto abstracto y complejo que se resume en media línea es inacabada y necesita de miles de matices. Siempre he pensado que en democracia el cambio de gobierno y dirigentes es positivo, es lo connatural al sistema, que la estabilidad no debe ser el único principio rector; aunque esto también podría ser largamente matizado y debatido.
En otro orden de cosas el triunfo claro del PP en Galicia y el no tan claro pero igualmente celebrado en el País Vasco me generan una preocupación que deseo sea resuelta con el paso del tiempo, por que la verdad detestaría tener que decir, en este caso, que tenía razón. Es una obviedad comentar que M. Rajoy ha salido reforzado de estos comicios, y aunque él dijo que si perdía el PP no era una derrota suya ya que no era él el que se presentaba parece que la victoria la asume gustosamente. Rajoy ha hecho suyas las victorias y ahora se siente reforzado dentro del partido y no creo que esto sea ni real, ni efectivo. Como dije más arriba la democracia es cambio en las elites dirigentes, y sumaría también la necesidad de asunción de responsabilidades; ya lo dije hace un año en éste mismo espacio (“Sobre el PP después de las elecciones”), Rajoy perdió las elecciones y debió abandonar el cargo, el que siga en él después de lo sucedido en la legislatura pasada no ayuda al entendimiento, no quiso y ha venido dando tumbos hasta hace diez días. Además no creo ni que haya subido en la valoración que tienen los españoles de él y tampoco creo que sea el político que pueda por si sólo, sin crisis, corrupciones, escándalos e ineficacias ganar a Zapatero. La verdad es que Rajoy no convence a la mayoría del electorado, es más no convence ni a la totalidad de su propio electorado, no crea ilusión en un proyecto, no es atractivo, no es cercano, no es un líder en el que yo crea. Para mis lectores de derechas, muy a mi pesar parece que estas victorias son pan para hoy y hambre para mañana como muy bien dice el refranero español.

martes, 3 de marzo de 2009

Cómo termine viendo Slumdog Millonaire (primera parte)

Salí de casa con los cascos puestos, anduve hasta el metro, seis paradas hasta Ópera. Embelesado salgo a una parada en obras, algún día encontraran el famoso tesoro. Al cielo de Madrid estos últimos días le han dado un brochazo de gris, el sol juega al escondite, ahora le ves y te da calor, ahora se esconde y debes subirte el cuello de la chaqueta. Mi jornada de “Un tuerto por Madrid” iba a ser engañosa, parecía que tenía cita concertada con el contratiempo. Cruzo el Palacio Real dirección Parque de Debod, enseguida, a mi derecha, la heladería Palazzo, aquí me he comido más de un cuarto de litro de helado de arroz con leche, siempre me trae buenos recuerdos. La tecnología se me subleva nada más fotografiar el Senado y el paseo que me debía llevar al templo de Debod, Ferraz, Princesa y Plaza España pierde su sentido, la cámara y el MP4 se han quedado sin batería. Me veo obligado a improvisar algo, no ha hecho más que empezar la tarde, miro a mi alrededor, me encuentro en Plaza de España y no sé que hacer, pienso, rebusco y en seguida la idea de ir al cine me sale del bolsillo. ¿Cuánto dinero llevo encima? miro, ok, creo que hasta podré consumir, no concibo el cine sin palomitas. Llego a los Renoir, en cartelera: la segunda parte del Che, la tengo apalabrada; reposiciones de algunas triunfadoras en los Goya, hay no me pillas; Slumdog Millonaire, justo la que buscaba, nadie me ha hablado mal de ella y aunque sé que la historia me va a traer problemas me decido, todo sea por el cine.
Cola de domingo en los cines Princesa, he llegado con tiempo no creo que haya problemas de sitios. 7,2€ la entrada, 12€ con palomas y agua. Ojeo el periódico interno que me anuncia próximos estrenos interesantes, “RAF: facción del ejercito Rojo” película alemana, llevan una buena racha y “Ensayo sobre la ceguera” por lo que sé no tiene buenas críticas pero el tema es sugerente. Slumdog Millionaire gran película, gran historia made in Hollywood o debería escribir Bollywood. Gran originalidad en la narración de la historia, a cada pregunta que le realizan a Salim en el programa esta es contestada gracias a un fragmento de su vida donde encontramos las respuestas en sus vivencias. La historia gana en complejidad, emoción y fuerza a cada pregunta; la tensión aumenta y aumenta, y al final todos os lo podéis imaginar.
No estoy para historias románticas y por eso decido fijarme en lo que subyace en ésta, con aquello que el director no has querido ofrecer de la India, lo que nos muestra, el patio trasero de la democracia más populosa del mundo, la calle paralela a las avenidas importantes de Bombay. Algunos de los presentes en la sala querrán o habrán ido a la India pero ninguno iría donde el director nos traslada para desarrollar la historia de este slumdog (chico del chamizo). Desconozco la miseria, lo que es y supone, desconozco la miseria en Asia y, he tenido la oportunidad de verla en Latinoamérica, postal de un chabolismo que ni la vista consigue alcanzar y que me quedó grabado en la retina en mi visita a México DF y que luego amplié en Brasil a menor escala pero de una manera más cercana. Barriadas donde la Sra. Esperanza Futuro es la única vecina que no vive ahí, se mudo a los barrios altos hace mucho tiempo…