viernes, 7 de marzo de 2008

Sobre mi cansancio político.

Hoy conversando con mi buen amigo Max sobre las elecciones y sobre la preocupante situación en Iberoamérica debido a la crisis diplomática entre Colombia, Ecuador y Venezuela he sentido que me llamaba la atención debido al malestar político que emanaba. He hablado con Max en muchas ocasiones, predominantemente de política, y nunca me había observado o cuanto menos no me había apercibido. Esto me ha hecho, en cierta manera, preguntarme por mi malestar, si Max tiene razón en su apreciación y el porque de éste.

Nos acercamos al final del periodo electoral y después de cuatro años tan movidos y una campaña tan larga y densa es normal mostrar cierto cansancio; en ningún caso está legislatura ha sido comparable a las que he podido vivir y sentir en las anteriores. Después de los últimos cuatro años, de los debates, mítines, apariciones estelares, adhesiones, insultos e ingeniosidades es normal estar hastiado de todo lo que es la política y lo político en España.

Cada vez es más clara la visión sesgada, partidista y dependiente de ciertos periodistas. Éstos se han dejado ganar terreno por los políticos y han acabado siendo simples bailarinas de uno u otro bando que tienen la coreografía bien aprendida; cada vez es más complicado tener el gusto de escuchar a un periodista que sin tener que ser objetivo (no creo en la posibilidad de la objetividad del ser humano), cuanto menos es independiente, un periodista que no le duelen prendas en criticar las políticas del partido que en ultima instancia le parece más respetable. En los debates que veo semanalmente en la TV y escucho por la radio llevan a periodistas que en muchas ocasiones parecen estar en nómina de Ferraz o Génova. Son siempre los mismos y se encuentran en todos los medios a diferentes horas. Esta semana viendo el debate de Telemadrid volví a asistir a la eterna acusación del periodista de izquierda: Aznar llamó Movimiento de lib… (no pienso dar ese gusto a ETA) en vez de denominarlos terroristas; de que Aznar también negocio con ETA, que si ha sido el único gobierno que se ha carteado con ETA, y todas las que se quieran añadir, e I. Duran (periodista partidaria del PP) no se atrevió a contestar; pues sí, Aznar se equivoco, lo hizo mal, son hechos totalmente denunciables y repudiables, y acabó cayendo en el tan español: y tú más. No pasa nada por percibir la viga en el ojo propio, porque bien visto, esto no legitima las villanías que ha cometido Zapatero ni las de los que podrían cometer los que vendrán.

La clase política española deja mucho que desear, de un lado y de otro, sólo diferiremos en las categorías. Miras los primeras espadas de los partidos y pocos se salvan: Acebes, Blanco, Pujalte, Garrido… son claros ejemplos. El reflejo más claro, el último debate entre Zapatero y Rajoy, ¿cuanto tiempo estuvieron discutiendo sobre la primera pregunta que Rajoy había hecho en el Parlamento?. Se dio la parodia que habiendo buscado los dos esa pregunta ninguno la formulaba como el otro; los dos leía la misma pregunta pero se aferraban en comentar lo que le interesaba a cada uno, ¡esto no es serio!. No podemos llegar a una situación donde no se puede llegar a un acuerdo hasta en una pregunta que ésta grabada y taquigrafiada. Uno de los grandes propósitos desde los gobiernos de González aquí ha sido mantener y expandir el control del ejecutivo sobre el poder judicial; siendo éste, posiblemente, el único poder independiente en una democracia parlamentaria. Nos encontramos con que los jueces son nombrados desde el Parlamento por los partidos políticos y esto al parecer les obliga, bajo un pacto no escrito, a mantener la disciplina de partido a la hora de votar; Montesquieu y Locke murieron, el pecado es no recordarles.

No quiero dejar de señalar la aparición en la campaña de Mr. X que me hace recordar la peor época de la democracia en España. El PSOE de González arruino (saqueo de los fondos reservados), deslegitimo (GAL y Filesa) y degrado la democracia española (corrupción galopante), y al final perdió por 300 mil votos, ¡eso es fidelidad de voto!, es más, le aplauden en los mítines incluso aquellos que le quitaron su apoyo en 1996 debido a la corrupción hiperactiva, hagamos memoria.

En definitiva, este ciudadano ha grosso modo ha perfilado su sentir, si no todo cuanto menos parte de su cansancio por la situación democrática en España. Está muy de actualidad asombrarse por lo ejemplar del proceso democrático que viven los partidos políticos antes de las elecciones norteamericanas, y lo cierto es que aunque nos asombre, ellos llevan haciéndolo más de doscientos años. A nuestra democracia le queda mucho para alcanzar ese nivel, pero estamos construyendo el camino, sólo necesitamos que la brújula que elijamos nos oriente bien. La democracia es un sistema político eternamente incompleto, sólo se puede perfeccionar.