martes, 23 de junio de 2009

Divagaciones nocturnas.

El calor ya no sólo pertenece al día también se asienta en las noches madrileñas; sin compartir espacio con la luna por cuestión de tiempo el sol le deja una calida marca a lo largo de la noche. No hay ni un átomo de brisa a ninguna hora y en ningún lugar, ni los pájaros pían ya por asfixia y si lo hacen la inexistencia de aire que lleve su canto más allá de sus compactos y plumíferos cuellos los condena al olvido. Son la 1 y 24 de la mañana de un lunes, creo que oficialmente el primero de verano, me levanto de la cama ocurriéndoseme el escribir alguna de estas líneas que aquí público ya que el calor y mi mente no paran, la primera de hacerme dar vueltas en busca de un lado medio frío, la otra gira por propia inercia. La programación televisiva nocturna del lunes es de las más decentes de la semana, cuanto menos en Telemadrid echan uno de mis programas favoritos: “Madrileños por el mundo”, que muchos seguro vemos preguntándonos: ¿donde nos vamos hoy? Y, yo ahora con mayor expectación ya que en breve, y me hace cada vez más gracia pensarlo puede, a lo mejor, igual, quizás participar en el programa alguno de estos días. A éste le sigue “Diario de la noche” presentado por, el que considero algo resentido desde su expulsión de El País, Hermann Tertsch, en mi casa conocido como Hermann Hesse por mi hermano mayor, y por mi algo más rebuscado e incluso ofensivo por Hermann Hess comparándolo con Rudolf debido a su fuerte negatividad e incluso agresividad en sus editoriales, comentarios y entrevistas. En casa nos tomamos con guasa el hecho de que parece que cobra las sonrisas, ¡joder Herman parece que imitas a Horatio de CSI! éste con las miradas y tú con las sonrisas. Él, estoy seguro las cobra bien y ofrece dos o tres por capitulo. Tú, en cambio, te encontrarías en la mayor de las indigencias si de estas dependiese tú nómina; es que ni en el anuncio que publicita el telediario ¡Sonríe coño! Que a mi entender tienes el mejor diario del día aunque sea nocturno.
Más allá de esta tontería que ahora ha traspasado las puertas de mi casa la cuestión es que habiendo visto estos dos programas y embriagado por la compañía de mi amiga María me dispongo a continuar leyendo “Tiempo nublado” de Octavio Paz, que por cierto recomiendo a todo aquel que este interesado por el ensayo histórico-político. En él, hace algunos ensayos nombró al autor M. Kundera, que por mi extensa ignorancia sólo conozco gracias al blog de un buen amigo que tiene colgada una cita suya: "Desprecia la literatura en la que los autores delatan todas sus intimidades y las de sus amigos. La persona que pierde su intimidad, lo pierde todo." La leí hace algunos meses y me hizo dudar sobre el nuevo camino que en ese momento estaba imprimiendo al blog, es más que evidente que le hice poco caso.
En contraposición a está me acordé de una de mis escenas favoritas del cine enclavada en “Doctor Zhivago”. En un descanso del largo y frío camino a Yuriatín Zhivago se pierde con la mala suerte de caer ante el tren de Stresnikov, ferviente revolucionario desde el 17 y oficial famoso por su crueldad, ortodoxia socialista y oficial al mando de uno de los frentes contra los blancos. Éste le dice a Zhivago, una vez reconocido, que él leía antes de la Revolución sus poemas, incluso admite que le gustaban pero que después de la Revolución los encuentra demasiado individualistas e intimistas, concluyendo: la vida privada en Rusia ha muerto.
Lo privado, lo individual, lo intimo desaparece para dar paso a lo público, colectivo y externo. De esta forma tan indirecta me doy cuenta de que estos últimos meses, podría decir, he reafirmado mi carácter liberal en este espacio, que hablar de lo personal si nos metemos en lo ideológico pertenece al liberalismo. No hay nada más libre que un individuo cualquiera expresando sus sentimientos, y no hay duda que más allá de su singularidad estos son compartidos por una generalidad. Desde la individualidad se construye de una manera más fehaciente, más sincera y más ajustada una colectividad, y no al contrario. No hay masa, pueblo, nación o sociedad inteligente y crítica si en ella no hay libertad individual. Detesto a aquellos que se arrogan, normalmente siempre desde el poder, la autoridad de expender licencias de lo que es moderno, avanzado, justo, acertado, digno o correcto y al mismo tiempo su contrario lo que es retrógrado, pretérito, rancio, indigno o carca. Sirva como ejemplo que no hace muchos días desde el ministerio, más totalitario de Europa por su denominación, de Igualdad que pretende con su más que probada indocta ministra – ¿para ser coherente no debería ocuparse del ministerio dos ministros, uno mujer y otro varón? - y desde arriba formar lo que ella ha llamado el nuevo modelo de hombre español. ¿Los votos o la mayoría parlamentaria dan potestad para tan absoluto liberticidio y absurdo?, ¿quieren estos aprendices de socialistas marcar a los varones españoles como deben ser sus conductas, rasgos, pensamientos y creencias individuales en base a construcciones ideológicas de lo que el tiempo histórico actual marca? Yo desde mi particularidad marco mi yo, mi forma de ser hombre y de expresarme como tal. Puede que nunca sea avanzado, moderno o contemporáneo, la verdad tampoco me preocupa, pero tengo claro que mi modelo de hombre lo creo en base a lo que considero justo y adecuado. Ningún ministro o ministra tendrá nunca derecho a marcar como debo ser yo ni nadie, ni decidirá lo que se entiende como vivir conforme a la actualidad, ya que lo soy por vivir en este momento, por eso soy actual, no por creer en estas u otras ideas o comportarme en base a ciertos parámetros, clichés o adoptar posturas en multitud de casos gobernadas más que por la naturaleza humana y su sentir por la nueva ideología opresiva de lo políticamente correcto.

domingo, 14 de junio de 2009

Buena nueva.

Es curioso como la vida te puede atropellar para que te des cuenta de lo que eres, en donde estás y en lo que te has convertido. O mejor aún y como me ha pasado en alguna ocasión se asemeja a cuando el mar te coge y te da vueltas sobre ti mismo, te hace tragar agua y te deja sin aliento en un remolino, parece que te engulle, que te quita la vida en segundos para a continuación escupirte de nuevo a la playa con el desprecio de aquel que se siente y sabe muy superior. La vida puede ser salvaje y no tener compasión, los telediarios están llenos de ejemplos todos los días aunque sería absurdo e insensato por mi parte comparar cualquier cosa que haya podido vivir con alguna de las muchas desgracias que estos nos cuentan con desmesurado esfuerzo, que nadie dude, no pienso hacerlo. Dentro de nuestras posibilidades y de nuestro ámbito desde hace un tiempo creo que no siempre es malo que la vida te golpe y zarandee, te agite y menee, que te ponga de lado y te eche a rodar hasta estar del revés. He aprendido que el no saber ni pensar a donde vas provoca que explores caminos que nunca pensaste encontrar, que no ideaste buscar, que no imaginaste que estuviesen ahí aunque están para todos escondidos tras los algodones de la vida placentera. No afirmo que esos caminos sean todos certeros o incluso que sean buenos o los mejores, ni que ser atropellado o ahogado sea lo mejor que te pueda pasar en la vida, no vaya a ser que si no se me entiende bien en los próximos días pueda ver asombrado en el noticiario que hay gente que se deja atropellar para ver si se cumple lo que yo pueda aquí escribir.
Pero a lo que vamos, hoy y después de muchos meses estoy muy tranquilo, he alcanzado cierto equilibrio después de unos largos meses sin estabilidad y permanencia. La vida me cogió, como en rarísimas ocasiones puedo hacer yo con una mosca y como gigante me guardo en su puño, me agitó y golpeó contra los límites de sus posibilidades para después retornarme al camino absolutamente mareado, distorsionado, aturdido, sin nada claro y con todo en el aire. Las heridas y las contusiones se dejarán ver por mucho tiempo y entiendo que debo mirarlas no como recuerdos del dolor sufrido o de aquello que perdí hace tiempo, sino como muestras de cómo uno puede morir y renacer, deshacerse y hacerse, caer y levantarse, que no siempre es tarde para volver a comenzar ni nada es definitivo mientras se pueda respirar.
Todo lo anterior se justifica por lo que viene a continuación. Recuerdo como si fuera ayer, tampoco ha pasado mucho tiempo ya que forma parte de mi historia más reciente, como, donde y de que forma decidí embarcarme en el camino que hoy estoy a un paso de pisar. Fue en una de esas largas noches de enero a hora muy temprana hasta para el sol, cuando el sueño era lo más buscado y esperado recordándome al gato que se escapa por la noche desapareciendo por un tiempo y que no se sabe cuando volverá. Bien aconsejado la noche anterior me propusieron la posibilidad y forma de irme del país y acepte. De madrugada hablé con mi hermano menor que alegremente decidió ayudarme a mover todo. Supe desde el primer momento que era una de esas decisiones que se toman en momentos críticos y a las cuales, la verdad, no estoy nada acostumbrado. Pero las oportunidades no se dan, ni se muestran, ni se ofrecen todos los días; y no siempre se esta preparado, ni se tienen las maletas hechas o se esta vacío de equipaje para coger los trenes en los que viajan. Para mi se dio en hora y sitio acertado y lo cogí sin pensar. Hoy, cinco meses después, es un hecho, el camino se muestra bajo mis pies, comenzaré una nueva vida en el nuevo mundo dentro de algo más de ocho semanas, mi blog se trasladará conmigo al norte de los USA y espero que siga mutando con su autor como viene haciéndolo. Incluso volver a retomar el pulso a la política española y algo que me apasiona hoy más que ayer, darle especial atención a la americana.
Los que me seguís habitualmente sabéis que no he pasado por mi mejor tiempo, sin duda hoy os doy las gracias por no dejar de hacerlo y me parecía de justicia compartir esta buena nueva con vosotros. Los que no lo hacéis de manera continua supongo que algo habréis notado, algo me ha pasado y también os doy las gracias ya que parece no haberos aburrido si seguís pasando por este espacio. Los que sin querer queriendo han llegado nuevos a este blog, bienvenidos, espero que os guste hoy y mañana; y para terminar, a los que dejaron de leerme adiós, no nos debemos nada, la puerta siempre estará abierta.

martes, 2 de junio de 2009

Reflexiones desde una silla: Periodos de la vida.

Se me ocurre que existen multitud de cambios y periodos a lo largo de la vida: de niño a adolescente y en algunos casos luego, con el tiempo, a adulto paso que llevará a la senectud; de estudiante a universitario, de trabajador, a parado, y de nuevo trabajador y jubilado; de soltero a novio, comprometido, casado y si no tienes suerte, o sí, a divorciado o separado y vuelta a empezar si es necesario o querido – respiro un poco - de apasionado, irreverente, altanero a templado, reflexivo y escrupuloso; de empleado novel a exigente y luego si trabajas o lo consigues a jefe generoso para más tarde desentendido…
¿Sabemos en todo momento en que periodo de la vida nos encontramos? Diría que casi siempre, sin duda hay pasos y etapas que son de proceso fácil o que suceden en la mayor inconsciencia o las dos a la vez. Estos normalmente son fases propias de la naturaleza de la vida y nos cambian el aspecto, la estatura o la voz. También existen momentos dolorosos y gozosos, críticos y determinantes en la vida de uno que forjan el Ser de cada individuo por dentro, su personalidad, sus miedos, sus principios y su juicio; estas podríamos considerarlas parte de la vida en sociedad. Nuestro sentir, valorar y mirar cambia aunque es sólo visible para ciertos ojos. Las naturales las compartimos todos y se desarrollan en los mismos años, las sociales aún siendo también las mismas para todos (muertes, accidentes, rupturas, males, sin sabores y un largo etcétera) las sufrimos en momentos diferentes de nuestra historia individual y por lo tanto nos afectan y las afrontamos de manera diferente.
Me atrevería a decir que cuando uno desconoce o no esta seguro en que fase se encuentra es que se haya en transición de una a otra. El como se afronte y que se haga en el periodo intermedio es determinante para el significado del próximo ciclo. Las decisiones que se tomen, muy posiblemente, en el periodo transitorio son causa de los efectos que te llevarán al desenlace final del ciclo que se inicia. Además cada etapa y transición se verá impregnada e influenciada de la vivencia más reciente del periodo anterior. Toda transición puede tener un carácter doloroso o no tenerlo, aun asi lo que ha provocado el momento transitorio será de gran importancia para entender la profundidad del cambio que estas dispuesto a realizar; a esto le sumaría, también, el grado de insatisfacción existencial en el que te encuentres.
¿Sabemos que el paso de un periodo a otro es obligado o necesario como el respirar es a la vida? Seguro, lo malo es no poder elegir ni el orden, ni el momento de casi ninguno. Que fabuloso o terrorífico juego sería el poder fragmentar la línea continua que es la vida, desordenar la estructura de nuestra existencia, revolver los pasos de las edades para después considerar y elegir el momento en que se quiere empezar, desarrollar, consolidar y decaer; y con ello, claro está, las vivencias que se realizan en cada una de ellas y ser más consciente que nunca como la repetición de hechos y sucesos son parte de la gran farsa que es la vida.