lunes, 23 de junio de 2008

Profunda desaceleración.

En 1973 la prosperidad económica que venía dándose desde finalizada la Segunda Guerra Mundial llego a su fin. Dos factores: la decisión norteamericana de terminar con la convertibilidad dollar-oro, y más adelante la crisis del petróleo. El cambio de ciclo económico trajo crecimiento del paro e inflación (stagflaction), situación completamente nueva que no podía ser solucionada con la exitosa formula keynesiana que imperaba en el mundo basada en el mantenimiento de un alto gasto público generando demanda agregada.

Se podría decir que la segunda legislatura Zapatero comenzó hace unas dos semanas con las huelgas de transportistas, agricultores y pesqueros por la subida del carburante. Ya no se puede ocultar la profunda desaceleración en la que ha entrado la economía española siguiendo la semántica gubernamental. Dos son los factores que generan ésta desaceleración: Las “hipotecas basuras” provenientes de los Estados Unidos que han provocado un parón en la construcción y en la concesión de créditos desde hace meses y que están generando paro. El segundo, la subida del petróleo que se viene dando desde hace un año y al que le pronostican un aumento que llegará a los 200€ el barril de brent a finales de 2009, según analistas del Real Instituto el Cano y que provoca inflación. La stagflaction comienza a hacerse realidad de nuevo, y las medidas de tipo keynesiano que pretende aprobar el ejecutivo socialista con mayor inversión pública no fueron válidas en el pasado y posiblemente no lo sean ahora; añadamos otra complicación o límite en la capacidad de maniobra, los ejecutivos nacionales de Europa han dejado en manos de la Unión la política económica y las medidas se toman a nivel Europeo, no nacional creando un nuevo reto no sólo para el gobierno Zapatero sino también para una Europa que tiene que demostrar su validez fuera del ciclo económico favorable.

Es cuanto menos curioso ver como son los autónomos y pequeños empresarios, como los transportistas que se han estado manifestando, son los que salen a la calle para protestar, generando paros y huelgas que han golpeado al gobierno y han creado gran malestar y alarma social; en mi opinión exageradas por una población con mucho miedo a perder su capacidad de consumo y nivel de vida. Y por el contrario el proletariado de la construcción, que es el que mayor paro esta generando, no realiza ninguna clase de movimiento. Se me ocurren tres justificantes para esta actitud: los sindicatos con su inacción bajo la manta de la responsabilidad demuestran que la paz social tiene un precio y que éste se paga una vez aprobados los Presupuesto Generales del Estado; que la inmigración es el eslabón más débil de la estructura laboral, no sólo por perder fácilmente su trabajo si no también por su falta de capacidad organizativa y por último, me pregunto si será casualidad que siendo las grandes constructoras grandes accionistas de las eléctricas el gobierno les habrá compensado por la perdida de actividad en la construcción permitiendo una segunda subida este año en las tarifas de la luz.

Las subidas del petróleo, el encarecimiento de los alimentos, el aguante en los tipos de interés con posibilidades de subida (que decide el Banco Central Europeo), una inflación en máximos históricos, los bajos salarios, familias endeudadas y el aumento del paro no presentan un escenario muy positivo para los próximos años. Zapatero lleva minimizando el empeoramiento de la economía más de medio año: estamos en la Champions decía, los que hablan de crisis son antipatriotas, estamos en un momento inmejorable para afrontar la desaceleración que no crisis o, el pesimismo no genera empleo. Se ha dejado en manos de Solbes una crisis que los socialistas, una vez más, sólo puede explicar y justificar echándole la culpa modelo económico estadounidense aunque este haya sido el mismo modelo de hace cuatro años que le permitía hablar de los mejores resultados económicos de la historia. El vicepresidente hablaba de una despensa que él había logrado llenar no hace mucho gracias a su política económica, ahora que la ha vaciado en tiempo record y sin resultados visibles supongo que no tendrá el valor de echárselo en cara a otros. En mi opinión Solbes, que al parecer fue convencido para seguir en el ejecutivo por lo menos dos años más, posiblemente para hacer el trabajo sucio a M. Sebastián, le falta fuelle para afrontar éste nuevo reto económico que va a precisar de ingenio y riesgo y, además, no hay nada peor que un político en el gobierno que sabe que se va, ya que puede considerar que no tiene responsabilidad.

El cambio de ciclo económico está abriendo algunos debates que ya se estuvieron presentes en el 73 como: reducir la dependencia del petróleo, mejorar la eficiencia energética, la reducción del Estado de Bienestar y la viabilidad del sistema de pensiones. España tiene un verdadero problema de dependencia energética que le supone el 80% del gasto del presupuesto en las importaciones, deberíamos plantearnos la necesidad de abrir un debate sobre la energía nuclear que supere ideologías y partidos porque, seamos sinceros es un absurdo tener un discurso beligerante contra la energía nuclear y dárselas de ecologista para luego comprársela a Francia. Inglaterra y Marruecos ya comienzan a plantearse la construcción de plantas nucleares. Las energías renovables tienen un altísimo coste a día de hoy y son muy ineficientes, además después de muchos años y de gastos enormes sólo generan el 5% de la energía que consumimos. Por último, necesitamos mejorar nuestra eficiencia energética, España se encuentra en los puestos de menor eficiencia energética de Europa y de esto nadie quiere hablar.

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