domingo, 29 de junio de 2008

Y España que….¿otra vez campeón de Europa?

Desde que cree el blog ha sido rara la vez que me he ceñido a una noticia en concreto y menos relacionada con el deporte pero en el momento que escribo este nuevo texto es casi obligado hablar de la selección española. El combinado nacional sin duda cumplió con todas las expectativas una vez pasó de cuartos, rompiendo el maleficio que nos perseguía desde tiempo inmemorial, y desbordó las ilusiones y esperanzas cuando goleo a Rusia dándonos el paso a la gran final. España, se ha sumido en un sentimiento de exaltación nacional poco frecuente que en los tiempos que corren, posiblemente sólo pueda ser generado por el fútbol.

Parece que el combinado nacional tiene la capacidad de aunar a todo el país sin crear ninguna fisura. Los símbolos que pretenden unir y cohesionar una sociedad o comunidad deben tener una simbología débil; no debe posicionarte ante nadie, ni tener un sentido y sentimiento claro, ni poseer una interpretación única y universal. Sin embargo la selección que juega con el escudo, los colores nacionales y escucha el himno antes de cada partido ha conseguido con sus victorias que los españoles, por una vez se unan como tales, sin caer en prejuicios ideológicos o en interpretaciones históricas. Se ha dado la vuelta a la idea de que en España lo predominante es la cultura de clubes y no de selección; y ahora jugadores como Villa, Silva o Cesc son animados y queridos por todos. El mejor representante de esto es Casillas, que después de los penaltis con Italia, rompió la identidad de club para ser nombrado, no ya sólo por los aficionados madridistas que vienen haciéndolo durante los últimos años, santo salvador - San Casillas o San Iker - sino por todos los aficionados allí donde se encuentren.

Las banderas inundan fachadas, negocios y terrazas, las camisetas se ven y venden por doquier, el sentimiento nacional crece con el pasar de los días y con la cercanía de la gran final. Todo el mundo saca ahora la bandera orgulloso de ella, nadie tiene miedo a cantar o gritar el: que viva España y aunque el europeo tenga un tiempo limitado y termine en hora y fecha determinada las banderas, las camisetas, los banderines y pulseras quedarán en las casas, armarios y paredes esperando que llegue de nuevo la ocasión para que las saquen a la calle. Esperemos que este nuevo envite contra el espectro progresista-nacionalista que nos invita el resto del y los años a avergonzarnos de nuestros colores, símbolos y sentimientos nacionales titulando de facha aquel que lleve, saque o cuelgue la bandera no termine una vez los focos del estadio en Viena se apaguen.

Un día antes de jugar contra Rusia se le pregunto al presidente del PNV que quién quería que ganase, como buen separatista dijo que como no jugaba Euskadi él iba con Rusia; ayer cuando le repitieron la pregunta como buen separatista no quiso posicionarse, a la vez se enfado por hacerle preguntas a su parecer estúpidas y demostró, una vez más, la imposibilidad o necesidad de no alegrarse por una victoria, que si se da, pertenecerá a todos los españoles. Muchos piensan que en el deporte no puede ni debe haber política, pobres ilusos; si la democracia española se caracteriza por algo es por haber abierto todo foro a la interpretación y juicio político, a mi parecer puede deberse a que las dictaduras suelen, una vez terminadas, generar la necesidad de opinar libremente sobre cualquier cosa, o por que los nacionalismos han querido dar batalla en toda arena, en todo espacio, en cualquier recoveco que pudiese ser ligado a una cultura diferenciadora de la nacional, generando reacciones consecuentes, o simplemente porque ya L. Riefensthal abrió esa posibilidad cuando realizó su documental “Olimpiada” en el 36. El fútbol es también política, mas aún cuando eventos como una final de un europeo o mundial es vista por cientos de millones de personas en todo el mundo y que como podemos ver junta, une y mezcla todo tipo de sentimientos e identidades bajo una sola bandera, unos cuantos cánticos y una única camiseta; los nacionalistas son consciente de esto y por ello coherentes, gastando millones de euros en crear plataformas, asociaciones y anuncios a favor de las selecciones regionales y de su inclusión en los campeonatos internacionales.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Bien visto Eduardovich!. El título, perfecto. En cualquier caso, en Tiempo de Paz (nuestro escenario) estimo más deseable para mi Páís la evanescente y opinablemente fatua unión de sus ciudadanos en aras del triunfo depotivo que la urgente llamada a la Patria bajo la égida de la Defensa o el Ataque de lo propio o lo ajeno. Pacovski


Por cierto en datos de tu perfil:
"Eduardo Cuesta Saldaña
Majadahonda, Madrid, Spain".
Spain?...Esa espartana defensa del idioma patrio...!!!