martes, 2 de junio de 2009

Reflexiones desde una silla: Periodos de la vida.

Se me ocurre que existen multitud de cambios y periodos a lo largo de la vida: de niño a adolescente y en algunos casos luego, con el tiempo, a adulto paso que llevará a la senectud; de estudiante a universitario, de trabajador, a parado, y de nuevo trabajador y jubilado; de soltero a novio, comprometido, casado y si no tienes suerte, o sí, a divorciado o separado y vuelta a empezar si es necesario o querido – respiro un poco - de apasionado, irreverente, altanero a templado, reflexivo y escrupuloso; de empleado novel a exigente y luego si trabajas o lo consigues a jefe generoso para más tarde desentendido…
¿Sabemos en todo momento en que periodo de la vida nos encontramos? Diría que casi siempre, sin duda hay pasos y etapas que son de proceso fácil o que suceden en la mayor inconsciencia o las dos a la vez. Estos normalmente son fases propias de la naturaleza de la vida y nos cambian el aspecto, la estatura o la voz. También existen momentos dolorosos y gozosos, críticos y determinantes en la vida de uno que forjan el Ser de cada individuo por dentro, su personalidad, sus miedos, sus principios y su juicio; estas podríamos considerarlas parte de la vida en sociedad. Nuestro sentir, valorar y mirar cambia aunque es sólo visible para ciertos ojos. Las naturales las compartimos todos y se desarrollan en los mismos años, las sociales aún siendo también las mismas para todos (muertes, accidentes, rupturas, males, sin sabores y un largo etcétera) las sufrimos en momentos diferentes de nuestra historia individual y por lo tanto nos afectan y las afrontamos de manera diferente.
Me atrevería a decir que cuando uno desconoce o no esta seguro en que fase se encuentra es que se haya en transición de una a otra. El como se afronte y que se haga en el periodo intermedio es determinante para el significado del próximo ciclo. Las decisiones que se tomen, muy posiblemente, en el periodo transitorio son causa de los efectos que te llevarán al desenlace final del ciclo que se inicia. Además cada etapa y transición se verá impregnada e influenciada de la vivencia más reciente del periodo anterior. Toda transición puede tener un carácter doloroso o no tenerlo, aun asi lo que ha provocado el momento transitorio será de gran importancia para entender la profundidad del cambio que estas dispuesto a realizar; a esto le sumaría, también, el grado de insatisfacción existencial en el que te encuentres.
¿Sabemos que el paso de un periodo a otro es obligado o necesario como el respirar es a la vida? Seguro, lo malo es no poder elegir ni el orden, ni el momento de casi ninguno. Que fabuloso o terrorífico juego sería el poder fragmentar la línea continua que es la vida, desordenar la estructura de nuestra existencia, revolver los pasos de las edades para después considerar y elegir el momento en que se quiere empezar, desarrollar, consolidar y decaer; y con ello, claro está, las vivencias que se realizan en cada una de ellas y ser más consciente que nunca como la repetición de hechos y sucesos son parte de la gran farsa que es la vida.

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