lunes, 25 de febrero de 2008

Sobre las mentiras nacionalistas

La semana pasada tuve la oportunidad de ver el programa 59 segundos, donde se invitaron a todos los grupos nacionalistas, incluido IU-Verdes. Siempre es interesante oír y ver a los nacionalistas periféricos construir su argumentario. Es sorprendente que partidos de izquierda afirmen que su cometido es acentuar y definir las diferencias con España (Anxo Quintana BNG), es decir, han olvidado la igualdad, valor prístino de su ideología; también es sorprendente el duro y sacrificado ejercicio que hacen para estar horas hablando de independizarse de España sin mencionar la palabra España o nación española. Es sorprendente ver como los políticos nacionalistas son capaces de reconocer cualquier nación menos la española, ellos son diferentes por cultura, historia y lengua, ahora, España no es reconocida como nación porque no debe tener ni cultura, ni historia, ni lengua. Es sorprendente ver como parece que España ha sido la causante de todos los males de cada uno de estas regiones. Galicia olvidada, Cataluña expoliada, País Vasco oprimida y Canarias perdida de vista.

Se menciona constantemente: Estado español, estado plurinacional, federalismo. Dicen que el estado español es plurinacional y que debemos reconocerlo y asumirlo, y que además, no pasa nada, que no es problema; oiga, claro que es un problema, ¿no existe Estado en el mundo como el que proponen?, defínanlo, hagan el ejercicio de explicar en que y como se construye un estado plurinacional. El mundo esta compuesto de Estados naciones y de manera progresiva, desde 1955, hay algunos de estos que han logrado cierta unión, cediendo soberanía a una estructura supranacional, como la UE, aunque la gran mayoría han fracasado en el intento. ¿Quieren hacer de España una UE? Que necesidad hay de un estado plurinacional y más si su enlace es simplemente administrativo, ya que las naciones existentes en el Estado son tan diferenciadas entre si, para que mantener esa estructura, cada región nacionalista debe independizarse y andar por su propio camino, manteniendo por si sólo un sistema de bienestar, una seguridad incluyendo el ejercito y el mantenimiento y creación de una infraestructura material y burocrática propia; o es que acaso ¿quieren un estado plurinacional subvencionado?, es que quieren conciertos económicos privilegiados con el estado español y lo que quede de éste les mantenga los gastos que supone un Estado nación; España se encuentra a la vanguardia de la teoría de la independencia subvencionada.

Es una pena que el objetivo de algunos sea remarcar las diferencias entre españoles, que las hay, porque negarlo, pero tampoco para decir que cuando voy de visita a Galicia o Cataluña me encuentro en una nación distinta. Se esfuerzan en decir que nos diferencia la cultura, la historia o la lengua. No hace mucho estuve leyendo la historia española desde el siglo XIII hasta Carlos I y en ningún caso encontré una historia diferenciada de la de los antiguos reinos. Cataluña estaba dominada por Aragón, parte del País Vasco por Castilla y otra por el Reino de Navarra y Galicia era Castilla; donde esta esa historia tan distinta, extraordinaria, original y solitaria que hace pensar que nos conocimos ayer. La cultura no me parece tan prolífica, ni diferenciada, ni tan singular como para asegurar una diferenciación motivadora de una singularidad propia como sujeto político; los mejores autores de estas regiones españolas han escrito en castellano o español. Sobre la lengua, es indiscutible su existencia, minoritarias en la actualidad en estas regiones. Deben ser mantenidas e incluso potenciadas pero nunca en perjuicio de una mayoría nacional que no la habla, ni en contra de la única lengua que nos une y homologa como ciudadanos dentro de nuestra nación.

Considero la etnia y la religión como las dos mayores rupturas sociales causantes de diferencias regionales. España comparte esto, aunque ya Arzallus intentase hace varios años hablo de la existencia de un RH negativo en el pueblo vasco que los diferenciaba de todo lo que sea o parezca España. Es cierto, España no se ha roto, pero tampoco es más fuerte, ni va por buen camino y aunque no se ha roto no ha sido porque no existan fuerzas políticas y sociales que no lo busquen, lo propugnen, ni lo quieran.