jueves, 26 de febrero de 2009

Un primer vistazo a la crisis.

Hace ya algunas semanas M. Rajoy definió la situación actual de país como emergencia nacional. La verdad es que aunque creo que la situación comienza a ser dramática me parece que emergencia nacional es más propio de una situación bélica, desastre natural sin precedentes o atentado a gran escala. Es más, cuando alguien utiliza un término como éste debería estar acompañado de ideas y propuestas que consideres van a mejorar, paliar o sacar al país de la situación tan grave que pronosticas, pero ya sabemos como son los políticos, palabras muy gruesas acompañadas de pocas o ninguna respuesta. La situación de la nación es muy preocupante por más que el ejecutivo no quiera hablar mucho de ello y no sólo por el lado económico si no también por la situación política, institucional y social que comienzo a percibir. Es bastante evidente que se esta acabando una época para el mundo occidental que más adelante se contagiará y golpeará a otras regiones del planeta como los países emergentes de Asia y Latinoamérica, tema que espero poder analizar en breves semanas.
La crisis económica en la que nos estamos viendo sumergidos comienza a dar muestras de ser única y diferente a cualquier otra que haya ocurrido. Su magnitud es todavía desconocida aunque sus efectos ya son tangibles y más que visibles. España no hace muchos meses se suponía mejor preparada que ningún país de Europa, un Zapatero orgulloso y una vez más soberbio hablaba de la Champions de las economías, había superávit y todo se confiaba a éste; sin embargo la realidad es otra muy diferente, España se esta mostrando como un país que siendo octava potencia mundial, como decían no hace mucho nuestros políticos, tenía los pies de barro y aunque es cierto que nuestro sistema financiero está demostrando una gran fortaleza en el primer envite no es menos cierto que los otros sectores de la economía están en caída libre con destino por ahora a ninguna parte y estos terminarán haciendo mella en el anterior, las Cajas de Ahorro comienzan a resentirse.
Ante la actual situación de paro masivo, gasto público exorbitado y lo que es peor ineficiente y negligente, la caída del consumo y de la recaudación en todos los impuestos, descenso de la producción y la demanda industrial y muchos otros datos igual de alagueños el ejecutivo de Zapatero se muestra cansado, sin ideas, inútil, sin proyecto, desbordado por una situación que por mucho que digan y quieran que nos olvidemos tanto socialistas como seguidores algo sabían, si llevan pronosticando el final meses ¿porqué no iban a conocer el inicio?. Pero ante un gobierno completamente noqueado y paralítico no hay respuesta de una oposición fuerte y en continuo movimiento lo que comienza a producir vértigo y desasosiego ya que la democracia necesita de varios actores para su óptimo funcionamiento. Pero todo lo contrario, el PP no se atreve a presentar propuestas más allá de la bajada de impuestos que se hace insuficiente.
Sin duda se necesita un plan que supere los fuertes recelos, injurias, insultos y diferencias que han ido separando a los partidos de diferentes colores en la última década, se necesita ahora más que nunca un pacto a nivel nacional donde los dos grandes partidos lleguen a un acuerdo global y al mismo tiempo concreto de cómo vamos a cambiar un modelo productivo que en cuestión de meses la crisis ha llevado al tanatorio. En esto todo el mundo debería estar de acuerdo, la nación necesita fuertes y grandes cambios estructurales que suponen tomar medidas impopulares, no siempre acertadas y sin duda valientes y arriesgadas; pero para eso votamos, para tener líderes dispuestos y preparados para las vacas flacas y las gordas, no sólo para hacer discursos en mítines de aplausos asegurados y pedir un voto que les asegure los privilegios, cada vez mayores, de pertenecer a la administración. Se necesita un proyecto nacional que supere partidos, personalidades y regiones; un ejecutivo fuerte con un proyecto de hondo calado y con proyección más allá de las próximas elecciones generales y que incluso encuentre continuidad aún habiendo cambio en Moncloa, y para eso se necesita que los dos grandes partidos y a poder ser el resto del arco parlamentario se reúnan las horas que hagan falta y saquen propuestas ilusionantes y al mismo tiempo realistas y posibles.

Va a ser hora de superar los prejuicios ideológicos, aparcar las mil contiendas que llevan produciéndose entre unos y otros en los últimos años, es hora de pensar en Nación, por encima de intereses individuales, colectivos o de partidos. Es hora de pensar en unidad y dejar a un lado el continuo soniquete de lo diferente que somos todos, de centralizar más y olvidarnos de privilegios y cuotas que sólo favorecen a unos pocos. Es hora de más España y menos Autonomías, de menos nacionalismo y más grandeza y mentalidad de Estado. España necesita un cambio muy profundo, comenzando por un proyecto energético que vaya más allá del post-materialismo y dvds propagandísticos sobre el cambio climático dando más relevancia a términos como productividad, eficiencia y desarrollo, un combinado de nucleares y renovables, que genere puestos de trabajo y abaraten los costes energéticos del país. Se necesita un proyecto nacional de transporte de mercancías que supere las carreteras con su combustible escaso, fluctuante y dependiente, soy consciente de que a corto plazo da menos votos que el AVE por no ser tan vistoso pero hay que superar la urna. Es urgente un proyecto industrial nacional que proporcione plusvalías, productividad, investigación y desarrollo, sueldos altos con capital humano muy cualificado. Vital crear un proyecto nacional de educación donde las comunidades autónomas dejen al lado sus intereses particularistas, donde se supere el cliché de la igualdad por la idea de la exigencia y la responsabilidad. España necesita un mercado nacional único, que la legislación no varíe en lo fundamental y las empresas encuentren facilidades para moverse de una región a otra. Se necesita una reforma profunda en el mercado laboral, reducción de impuestos, menores costes de seguridad social, y muchas otras cosas que un simple español como yo se le escapan, no las encuentra por mucho que las busque y piense en ellas.
¿Alguno de mis estimados lectores cree que algo de lo aquí propuesto tendrá cabida en algún partido situado en el arco parlamentario? ¿Es falta de modestia creer que por lo menos una de estas propuestas es útil e incluso necesaria? Me desilusiona responder que creo que esto está más lejos que cerca de que pase; aunque creo o quiero creer que no quedará otra opción llegado el momento, y ahí está uno de los problemas, el tiempo. Llevamos perdidos muchos días, semanas, meses incluso años, enfangados en disputas que no han producido, en lo general más bienestar, ni nos han unido más, ni han hecho de España un país más productivo, fuerte, solvente y orgulloso y la crisis lo esta poniendo de manifiesto.

No hay comentarios: