lunes, 26 de mayo de 2008

Revisionismo en el PP.

En el Congreso de Stuttgart del SPD (Partido Socialdemócrata Alemán) de 1898 se produjeron una serie de discusiones debido a los artículos compilados bajo el nombre “Problemas del Socialismo” que escribió E. Bernstein y que ponían en duda, por primera vez, los presupuestos marxistas de toma de poder y construcción de la sociedad socialista. Estos artículos generaron el llamado revisionismo dentro de la socialdemocracia alemana, que aunque tardo en ser aceptado tanto dentro como fuera, se acabó imponiendo en todos los partidos socialdemócratas europeos.

En el Congreso de junio en Valencia parece que se va abrir una etapa revisionista de las ideas y posturas que se han tomado en los últimos seis años en el PP. Esto sin duda esta generando un malestar interno que ya no se puede ocultar ni a los de dentro ni a los de fuera. No todo el mundo aplaude ya a Rajoy, comienza haber gente con dudas sobre su capacidad de aunar, los apoyos ya no son unánimes y su liderazgo comienza a desquebrajarse; y más con las declaraciones y con los gestos que viene mostrando en los últimos meses.

Como ya escribí en este mismo blog, el PP necesitaba renovación y afrontar el proceso precongresual sin complejos y sin miedo a si mismo, con debate y posibilidad de alternativas a un líder nombrado por Aznar que finalmente no ha conseguido los objetivos que se le marcaron. Rajoy ha vuelto a demostrar que no sabe, no puede o no quiere anticiparse a las crisis que se pueden dar en el partido, como ya paso entre Gallardón y Aguirre antes de las elecciones generales por ver quien entraba en las listas. Se ha aferrado en no presentar su proyecto ni a los componentes de su nuevo equipo hasta el día antes, pienso que para que no se generase polémica, discusión ni ruptura sobre el revisionismo que venía pensando hacer, o que éste, fuese simplemente discutido de forma moratiniana en los tres días del Congreso, para en seguida ser legitimado mediante una votación arreglada previamente y donde sus votantes tendrían que acatar un hecho consumado.

Sin embargo a Rajoy comienza a escapársele de las manos todo aquello que creía que podría ocultar y controlar desde el silencio; las salidas de Zaplana y Acebes eran previsibles y no tenían un significado de ruptura en si mismo, sino la lógica de un proceso de renovación de los que componen la primera línea del partido que todo el mundo podía comprender aunque no gustar y que viene justificado por la derrota electoral. Las fuertes críticas que recibió E. Aguirre por sus compañeros cuando insinuó ella u otros por ella (la COPE y El Mundo) que podía ser alternativa a la lista de Rajoy en el Congreso de Valencia sólo demostró el miedo que existe en el PP al cambio, e incluso a la alternativa, sin ser la presidenta de la Comunidad de Madrid una opción revolucionaria. Lo que me lleva a pensar el fuerte sentimiento de caudillaje que existe en la estructura del PP, y el terror que tienen a la democracia interna. Sin embargo, la herida ha terminado de abrirse en canal en el momento que M. San Gil ha comenzado a dudar de las pretensiones de Rajoy en su nueva visión y posición ante los nacionalismos o separatismos y a la que enseguida se le sumo la retirada de J. Ortega Lara. San Gil es más que una simple componente del partido, es incluso algo más de eso que llaman un gran valor, es referente personal y político de todo lo que debe ser la práctica política fuera de los postulados de Maquiavelo, en lo referente a una de sus mayores aportaciones a la política moderna al separar moral y política. Al parecer Rajoy esperaba que San Gil se callaría ante la opción de acercarse al PNV del referéndum y a la CiU del nuevo Estatuto-nación desconociendo completamente a su compañera, y si esto fue así, demostró una vez más su incapacidad como presidente del partido al no prever lo que se comienza a ver en frente de la sede de Génova, los propios militantes pidiendo su dimisión.

El partido que comienza a visualizarse como propuesta de Rajoy con Gallardón, Pons y Feijóo, que va en busca del centro reformista en donde el referente es Fraga, personaje político que vuelven a colocar como figura a imitar y que creía en el pasado y más si hablamos de futuro. Éste partido que define liberalismo como: “…pragmática celebración de la pluralidad (A. R. Gallardón)…” haciendo evidente su escaso conocimiento de lo que es el liberalismo. Este partido con su líder que invita a que se vayan conservadores y liberales cuando, puede que tontamente, pensaba que tenía una identidad liberal conservadora y por tanto considero que esta invitando al vaciamiento ideológico con la pretensión de hacer diáfano sus principios, valores y convicciones para perder el posicionamiento nacional siguiendo la deriva que tomo el PSOE con la llegada de Zapatero y que ya critique en mi texto “Nación y soberanía nacional”. Sin duda comienza un viaje a ninguna parte, que es lo que debe ser el centro, y más con el electorado base del PP.

Uno de los problemas que puede hacer que el revisionismo que propone Rajoy termine con él es el llevarlo desde fuera del poder después de una derrota electoral. Otro de los problemas es un convencimiento claro, por lo menos desde mi análisis, que sólo es cuestión de tiempo que las contradicciones del mensaje socialista, ya visibles, en su proceso de apertura a todo tipo de identidades y en su vaciamiento de convicciones provoque desafecciones al electorado que comience a buscar opciones más seguras, cambiando esta tendencia absurda que están tomando los políticos y los partidos por la necesidad de lograr, mantener y consolidar el poder allí donde piden el voto. La tendencia de maximizar votos y electorados minimizando identidades y convicciones es sin duda uno de los mayores vicios que podemos encontrar en el sistema democrático y España es buen ejemplo de ello.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El PP no acaba de encontrar su sitio tras dos elecciones perdidas consecutivamente; y decir esto implica que es precisamente su líder(al que el término aún le cuaja, no se sabe por cuánto)quien no se encuentra a sí mismo y quien ha perdido legitimidad ante propios y extraños.Aunque quizá la legitimidad la pierde por el hecho de no decir esta boca es mía y por tener a los medios enemigos haciendo leña fácil ante la crisis identitaria del Partido Popular. Salga quien salga, que lo haga con un proyecto creible y firme moralmente, sin ambajes éticos ni medias tintas.

Rodericus.