A veces quiero escapar de aquí, salir de esta tierra ajena, lejana y fría. Me ilusiono con la posibilidad de saltar y volar como si estuviera en el cuento de Peter Pan. Impulsarme hasta el cielo y la tercera nube a la derecha directo a tu sofá, a tu terraza, a tu estancia, a tu presencia. Renuevo en este cuento nuestras conversaciones bajo la luz de esos focos que son las estrellas en la noche, de las sombras de los portales que genera la brillante luna, de la intimidad que proporciona Madrid en la medianoche. La posibilidad imposible de que “Nunca Jamás” me alejaré de ti pues no hubo decisiones previas. Al final paso la última página y cierro el libro. Solo un cuento puedes ser.
Otras veces, cuando el sol cae para dar relevo a la luna, en ese instante donde se toca con la tierra dividiéndolo por la mitad, compartiéndolo con tu lado del mundo; gustaría de ser un gran pintor, agarrar un pincel y disfrutar de la paleta de colores que me proporciona el firmamento. Éste ofrece tonalidades de rojos, naranjas, violetas y azules, mezclados con el blanco de las nubes. Poder dibujarte en esa gran bóveda que es la tierra tal como hicieran los pintores del Renacimiento pero con los colores de los impresionistas. Morado oscuro el pelo, de constante cambio, dependiendo del reflejo y golpe de luz sobre él. Ojos marrones cristalinos, claros y brillantes capaces de reflejar las realidades de “Las meninas” de Velázquez. Dientes marfil, sonrisa pura, pícara, juguetona. Estiloso cuerpo que perfilo en un solo golpe sin levantar el pincel con colores azules y rosados pastel. Dar movimiento a tu andar brioso, seguro, incansable aunque necesitado de una mano, de un cuerpo, de una mente que le de sustento. Al final el color se termina, el sol marcha contigo y me cubre de negro borrando mi pensamiento. Solo un dibujo puedes ser.
Tantas otras, puedo encontrarte en mis sueños que son baúl de mis recuerdos. Morfeo los baraja como naipes y abre juego a placer cada noche de las 365 que hay. Impulso y vocación de mis imaginaciones eres. En ellas te haces dueña única de mi ensueño, te me revelas en él, me hablas y te escucho, me acaricias y de gallina se me pone el bello. En ese instante hay tanta fuerza y comunión que se rompe la barrera de lo real, del espacio tiempo, de la ciencia y la lógica. Los pilares del mundo se caen y suspendidos en el aire quedamos, todo podemos hacer pues no hay regla, ni dique, ni ley, ni convención, ni educación, ni sociedad que nos impida compartirnos, dañarnos o definitivamente aunarnos. Mirarte más allá de tu mirada, olerte más allá de tu fragancia, tocarte más allá del sentido del tacto. Saborear ese instante conocedor de que tiene inicio y final, y que cada momento te acerca a éste invariablemente; pero también lo hace único, irrepetible, diferente. Al final, el sin sabor de despertarme al instante, entreabro un ojo, después el otro. Pasar de la cercanía del sueño en la oscuridad, a la lejanía que refleja la luz que muestra la realidad. Solo un sueño puedes ser.
¡Pero que sueño, que dibujo, que cuento! En todos ellos, por poco tiempo que sea, por poco que se mantenga, por vaporoso o imaginario que sea, te tengo a voluntad. Capto tus colores, tus reflejos, tus sueños, tus sombras, tus luces, tus letras y pensamientos. En mis delirios te puedo leer, dibujar y soñar… hacerte y escucharte reír.

De todas formas la historia no fructificó. Con el paso del tiempo él lo fue entendiendo mejor, volvió a concentrarse en sus cosas, lo analizó bien, sabía que no podía ser, que tenía fecha de caducidad por razones propias, que por mucho que en un principio no fuese lo querido si era lo más acertado. Incluso concluyó que posiblemente estaba buscando, sin darse cuenta, lo que acababa de perder no hacia mucho, y eso no era certero.
La programación televisiva nocturna del lunes es de las más decentes de la semana, cuanto menos en Telemadrid echan uno de mis programas favoritos: “Madrileños por el mundo”, que muchos seguro vemos preguntándonos: ¿donde nos vamos hoy? Y, yo ahora con mayor expectación ya que en breve, y me hace cada vez más gracia pensarlo puede, a lo mejor, igual, quizás participar en el programa alguno de estos días. A éste le sigue “Diario de la noche” presentado por, el que considero algo resentido desde su expulsión de El País, 

preocupante por más que el ejecutivo no quiera hablar mucho de ello y no sólo por el lado económico si no también por la situación política, institucional y social que comienzo a percibir. Es bastante evidente que se esta acabando una época para el mundo occidental que más adelante se contagiará y golpeará a otras regiones del planeta como los países emergentes de Asia y Latinoamérica, tema que espero poder analizar en breves semanas.